Investigadores de la USAL aconsejan la fisioterapia en mayores para prevenir síndromes neurológicos centrales y trastornos del movimiento

La Universidad de Salamanca exporta su Programa de Rehabilitación Geriátrica a ciudades españolas, Portugal e Iberoamérica y recuerda las bondades del ejercicio en el Día Mundial de la Actividad Física.

 

Cada vez hay más evidencia científica de que la actividad física y el ejercicio terapéutico están íntimamente relacionados con procesos metabólicos endógenos que tienen que ver con el funcionamiento de las personas a todos los niveles. Ya lo dijo Santo Tomás de Aquino en el siglo XVI: las enfermedades de alma pueden ser tan fuertes que pueden producir enfermedades físicas e incluso la muerte. Aunque no fue hasta 2002 cuando la Organización Mundial de la Salud declarara este 6 de abril como el Día Mundial de la Actividad Física para promover acciones en este ámbito encaminadas a conseguir buena salud y bienestar.

Con esta filosofía enfocada a las personas mayores, el catedrático de Fisioterapia de la Universidad de Salamanca, José Ignacio Calvo Arenillas, puso en marcha el Programa de Rehabilitación Geriátrica (PREGE) en colaboración con el Ayuntamiento de Salamanca, un proyecto de fisioterapia preventiva y asistencia en salud para este colectivo tan consolidado a día de hoy, después de 25 años, que ha sido exportado a numerosas ciudades del territorio español, Portugal e Iberoamérica. Experiencia que ha permitido desarrollar a la USAL una importante actividad investigadora en el ámbito de la actividad física y la cognición, la fragilidad, la capacidad oxidativa o la sarcopenia con resultados “de gran impacto publicados en revistas de prestigio”, informa el director del programa, Calvo Arenillas, a Comunicación Universidad de Salamanca.

Durante este curso 2016-2017, según los datos facilitados por el coordinador del proyecto y director de la Escuela Universitaria de Enfermería y Fisioterapia de la USAL, Fausto José Barbero Iglesias, participan en el PREGE en Salamanca un total de 587 personas mayores distribuidas en 19 grupos y con un mayor peso del sexo femenino (505 mujeres frente a 82 hombres). A todos ellos se les realizan una evaluación al principio y al final del programa anual y, entre octubre y junio, asisten a tres sesiones semanales de 50 minutos siguiendo el estándar mundial, con trabajos aeróbico muscular y de fuerza y resistencia. Asimismo, a lo largo del año y de forma paralela se ponen en macha otros programas satélites, enfocados a la terapia ocupacional, la función respiratoria de los mayores, el refuerzo del suelo pélvico de las mujeres o el equilibrio.

Uno de los aspectos trabajados con las medidas preventivas terapéuticas propuestas por el equipo de fisioterapeutas de la USAL gira en torno al mantenimiento del suelo pélvico. Al respecto, José Ignacio Calvo recuerda que los fenómenos de incontinencia urinaria “aumentan con el tiempo” y que en mujeres está estrechamente relacionado “con el número de partos o la menopausia”. Aunque al principio “cuesta que las personas mayores reconozcan este problema”, comenta, “poco a poco hemos conseguido establecer estos ejercicios de medidas terapéuticas para mejorar el tono y el control del suelo pélvico con muy buenos resultados”, asegura el catedrático de la Universidad de Salamanca.

Respecto a cuestiones relacionadas con el equilibrio, los estudios desarrollados por los investigadores de manera paralela al programa revelaron otro dato relevante: no es necesario realizar ejercicios añadidos para aquellos grupos de mayores “entrenados” con el programa de la USAL. Como aclara el experto, “nuestra población de mayores se cae poco, los traumatismos son menos graves y si hay alguno más grave, se cura antes”.

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