Investigadores de la Universidad de Salamanca prueban con éxito in vitro una alternativa no tóxica a la quimioterapia en cáncer

La catedrática en Ingeniería Química Eva Martín del Valle prevé probar in vitro en dos años un aerosol contra el cáncer de pulmón gracias a la ayuda concedida por la Fundación Ramón Areces.

Una vez que los fármacos contra el cáncer se han mostrado efectivos, la investigación se centra ahora en buscar nuevos tratamientos que minimicen los efectos secundarios y, sobre todo, que sean más selectivos a la hora de eliminar las células cancerígenas y preservar las células sanas. El vehículo para aplicar estas terapias se convierte así en una línea fundamental de ensayo para llegar de forma más directa y eficaz a los tumores.

En este contexto, la catedrática de Ingeniera Química de la Universidad de Salamanca Eva Martín del Valle, pionera en España a la hora de aplicar esta área del conocimiento a la biomedicina, ha logrado un avance sin precedentes en el diseño de una alternativa no tóxica a la quimioterapia mediante el uso de nanocápsulas inteligentes capaces de reconocer y aplicar directamente el fármaco a las células tumorales.

Gracias a la reciente ayuda recibida de la Fundación Ramón Areces, el equipo científico de la USAL trata de modificar la quimioterapia convencional -específicamente en cáncer de pulmón- mediante el desarrollo de un aerosol que funcione como un inhalador convencional e incluya un vehículo inteligente capaz de reconocer únicamente las células tumorales, minimice los efectos tóxicos y no genere ningún tipo de reacción adversa en contacto con el tejido pulmonar, según  informó la responsable del proyecto a Comunicación Universidad de Salamanca.

El aerosol ofrecerá, además, autonomía al paciente de cara a la administración de un ciclo convencional de fármacos. “Lo que tratamos es de abolir la dependencia del paciente que está dos horas sometido a tratamiento en una sala mientras le están suministrando la quimioterapia”, además de disminuir la “cantidad de fármaco empleado para que llegue de forma específica”, indica la responsable del proyecto. Esto reducirá la toxicidad y aumentará la eficacia del mismo, debido a que prácticamente “el 80% del fármaco suministrado no se utiliza, sino que tiene que ser metabolizado o expulsado por el organismo”, explica Eva Martín del Valle.

Con la nueva financiación conseguida, 120.000 euros para los próximos tres años, la investigadora calcula que en dos años, “o quizá menos”, puedan a empezar a realizarse los ensayos in vivo en ratones.

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